Esta es una fotografía de la pulsera
Todo iba muy bien; a ella le gustaba y estaba contenta con su compra..., pero como en la vida real las cosas no son tan bonitas, hace unos días me contó que le había ocurrido una desgracia: se le había caído la pulsera y, sin darse cuenta, le pasó el coche por encima. El resultado fue este:
La misma pulsera después del accidente
Le dije que me la trajera y veríamos que se podía hacer, pero a decir verdad, no tenía mucha fe en la posible recuperación. Cuando me la trajo, comencé a estirarla con cuidado y me llevé una gran sorpresa: resulta que el hecho de estar tejida y no llevar soldaduras, le da una gran flexibilidad de manera simplemente estirando el tejido y recolocando un poco los ejes, volvió casi a su estado original.
Algunas imágenes de la pulsera recuperada
En realidad, la pulsera quedó algo más débil; algunos hilos se rompieron al estirar el tejido y otros quedaron algo marcados, pero a pesar de todo, el resultado fue mejor de lo que esperaba.
Y colorín colorado... este cuento se ha acabado (Felizmente)
Mira que maravilla, eres un artista... y con recursos, quien hubiera imaginado que podría arreglarse. besote
ResponderEliminarsandra
Me acuerdo, me acuerdo. Mi pobre pulsera.
ResponderEliminarMenos mal que está el genio.¿ O ingenio? Bueno, ambos dos.